No y punto.
Aquí podría terminar esta entrada en el blog atendiendo al criterio que marca la famosa «pirámide de Maslow». Sin embargo llama la atención que en tiempos de crisis las Administraciones Públicas y empresas del mundo entero hayan multiplicado su gasto en comunicación, en algunos casos hasta límites que rozan el absurdo. Por ejemplo, el gobierno mexicano incrementa un 39% su gasto en comunicación, las empresas a nivel mundial incrementan su gasto en marketing directo y comunicación en redes sociales un 350% y sólo en Estados Unidos se gasta un 260% más de dinero en la publicidad a través de teléfono móvil. La palma se la lleva la compañía petrolera BP, que tras el vertido del Golfo de California ha incrementado un 6.200% su gasto para lavar su imagen. En España un 90% de los anunciantes (incluidos empresas y administraciones públicas) aumentó el gasto en publicidad en casi un 8% en 2009, y hasta un 15% en publicidad online.
¿Es necesaria la publicidad o la comunicación? No, y punto.
Respecto a si es necesaria una revista para un colegio de abogados, habrá que decir que no, pero…¿son necesarios los Colegios de abogados?. Habrá que decir que no, ya que al final el trabajo lo hacen l@s abogad@s. Y los abogados ¿son necesarios?, ¿Y los Fiscales o los Jueces?…
El hecho es que en España nos encontramos con más de 10.000.000 de asuntos litigiosos cada año, cifra que se vería recortada en ceros si la comunicación entre tod@s nosotr@s fuera clara, directa, sencilla, amable, comprensiva, didáctica. Pero lo cierto es que eso no es así, por lo que se hacen necesarios Jueces justos y Fiscales sometidos a la Ley, agrerridos abogados que defienden con tenacidad e inteligencia las pretensiones de sus clientes como si fueran propias, Colegios de Abogados que organicen administrativamente a los más de 114.000 letrados que pleiteamos en España, etcétera.
En todo este maremagnum cualquier instrumento que canalice vías de comunicación se hace más que necesario, imprescindible, y las revistas de los colegios de abogados son hoy en día ese instrumento: se entrevista a antiguos clientes que conocieron las prisiones, y a quién las dirigió, a jueces, fiscales, abogados, abogadas, procuradores, colaboran secretarios judiciales o agentes, estudiantes de derecho, profesores de la Facultad… todos unidos en el común objetivo de servir a pacificar, en la antesala del S.O.J., a quienes esperan a que les sea designado un abogado de oficio.
Aunque éste fuera su único propósito y finalidad, quedaría plenamente justificada la existencia de la revista colegial y por tanto su cualidad de Necesaria.